Un clásico argentino como pocos, el alfajor de maicena. Hay muchos tipos de alfajores en Argentina (y en el mundo, teniendo en cuenta que su origen en árabe) que no se corresponden con lo que en España se conoce tradicionalmente como alfajor. Los alfajores de los que yo hablo son un dulce formado por dos galletas rellenas, normalmente de dulce de leche. En Argentina en cualquier quiosco de dulces se pueden encontrar mil variedad, con varios pisos, diferentes rellenos… Ains, en mis corazón hay un lugar especial para los alfajores de Milka…
Diferentes a todos estos alfajores latinoamericanos son el alfajor de maicena, que más que en quioscos se encuentra en las pastelerías. De su nombre se deduce el componente principal de la galleta: la maicena. Estos alfajores van rellenos de dulce de leche, y tienen un toque de coco rallado que los hace inconfundiblemente deliciosos.
Alfajores de maicena
(25 unidades).
- 100 g harina
- 150 g maicena
- 5 g polvo para hornear
- 100 g mantequilla
- 75 g azúcar
- 30 g yema (1 yema de huevo grande)
- 1 cta ralladura de limón
- dulce de leche
- coco rallado
Esta receta en concreto la publicó la marca Maizena en un almanaque-recetario, en Argentina, en 1996. Después de tantos años, sigue siendo la mi mejor opción para hacer alfajores de maicena. La receta original utiliza bicarbonato y levadura química, yo suelo utilizar directamente levadura química (polvo para hornear), que también contiene bicarbonato, por comodidad.
Empezamos tamizando la harina, la maicena y la levadura. En un bol aparte, amasamos la mantequilla hasta que esté blanda y la mezclamos con el azúcar.
Agregarmos las yemas de una en una y poco a poco los ingredientes secos tamizados. Se incorpora la ralladura de limón y se mezcla bien. Así de fácil.
Es importante no dejarse engañar por el aspecto de la masa, y no añadirle ningún líquido adicional por temor a que no sea capaz de sostenerse. La masa de un alfajor de maicena se desmenuza con increíble facilidad,tanto cruda como en boca, una vez cocida. Por eso la textura debe ser terrosa, capaz de mantenerse (de forma más o menos estable) al prensarla.
Dicho esto, estiramos masa hasta el medio centímetro de espesor y cortamos medallones de 3 cm de diámetro, que colocaremos sobre una bandeja de horno con papel de horno para cocer a 180ºC durante 15 minutos. Estarán en su punto justo cuando los bordes empiecen a dorarse.
Dejamos enfriar las tapas y las juntamos dos a dos, uniéndolas con un poco de dulce de leche (al gusto…) y presionando ligeramente para que se mantengan bien pegadas.
Por último, pasamos los bordes por el coco rallado, ¡y estarán listos para degustar!